SE PREOCUPÓ VERDADERAMENTE POR QUE LLEGUEN TURISTAS QUE APRECIEN LA CULTURA DE UN PUEBLO Y NO LLEGUEN A ORINARSE EN SU PLAZA Y CONVERTIR SUS TEMPLOS EN CANTINAS
Recordado por su constante preocupación por la mejora de la ciudad no en terminos de fierro y cemento o reventonazos de bombardas en Semana Santa sino por el exquisito gusto de disfrutar de una ciudad de cultura, arte popular y cuidado ambiental.
Carlos Altamirano Melendez continuará vivo en su ejemplo de apreciar la verdadera cultura de un pueblo soñaba que la Semana Santa contara con personas cultas y no borrachos o salvajes que maltratan a los animales.
Señaló que la ciudad podría ser un destino permanente e importante para gente culta no necesariamente rica sino enriquecedora
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