Las alfombras quedaron destruídas por lo que algunos fieles quedaron
desconsolados.
Sin embargo las procesiones pudieron realizar su recorrido.
Primero salieron las procesiones de La Verónica y de San Juan,
justamente ante la intensa lluvia las imágenes fueron refugiadas en
algunas casonas y comercios.
La Plaza Mayor de Huamanga, que luce abarrotada por decenas de miles
de personas, no pudo albergar en sus arquerías a tantas personas por
lo que muchos se quedaron en la plaza y esperar a que pase la intensa
lluvia.
Los interiores de los portales se llenaron inmediatamente de tantas
personas que fué difícil circular por ellas.
Afortunadamente la Lluvia amainó y la procesión se desarrollo sin
nuevos contratiempos.
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